Viabilidad comercial: se dice que un
proyecto tiene viabilidad comercial si justifica la existencia de un mercado
para el producto o servicio, lo cual da la pauta para determinar si se posterga
o rechaza el proyecto. Algunas veces la viabilidad comercial se incorpora como
parte del estudio de mercado en la viabilidad financiera.
·
Viabilidad técnica: esta viabilidad
suele estar vinculada a la seguridad y control de lo que se va hacer,
concerniente a sus características, funcionalidades y propiedades físicas y de
cómo se va a hacer. Los proyectos nuevos requieren ser probados técnicamente
para garantizar la capacidad de su producción,
o sea, conocer cuál es el proceso
de fabricación, los medios técnicos necesarios y los medios humanos que van a
intervenir y su cualificación, los materiales necesarios, control de calidad,
entre otros, la viabilidad técnica conlleva responder la interrogante ¿es
posible? desarrollar eficientemente el
producto o servicio.
·
Viabilidad legal: es la que debe
informar si la legalidad vigente permite la realización del proyecto, la
viabilidad legal determina la existencia de alguna posible restricción de
carácter legal en lo relativo a la realización efectiva de una inversión en un
proyecto. De existir alguna restricción legal el proyecto no podría llevarse a
cabo, si no se ajusta a lo que se le llama marco legal de referencia.
·
Viabilidad de gestión: esta
demuestra que existe la capacidad gerencial para llevar a cabo el proyecto, por
lo que el estudio de viabilidad de
gestión es definir que existe la condición necesaria para garantizar la viabilidad
de la implementación, en lo estructural y funcional en la organización para
llevar a cabo dicho proyecto.
·
Viabilidad de impacto ambiental:
evalúa el resultado de cualquier actividad o proyecto que frene o minimice el
impacto de un evento peligroso que imposibilita el uso que pueda destruir
bienes y servicios ambientales que son útiles
para mejorar la calidad de vida de los seres humanos.
·
Viabilidad financiera: evalúa la
conveniencia de un proyecto, atendiendo a la relación que existe entre los
recursos empleados para obtenerlo y aquellos de los que se dispone, es
determinante para su aprobación o rechazo. Mide la rentabilidad que retorna a
la inversión.
